26 Mar LA IMPORTANCIA DEL DESCANSO EN EL ESTUDIANTE ADOLESCENTE.
Llega la noche y, después de cenar, te pones a ver tu serie favorita. Cuando te das cuenta, te has visto tres capítulos seguidos y son las 2 de la madrugada…
Ahora viene lo peor, ¡tu alarma sonará en 4 horas y 30 minutos!
Es evidente que al día siguiente (si consigues no quedarte dormido), no vas a ser persona hasta bien entrada la mañana y por lo tanto, las primeras horas de clases van a ser terribles, inacabables, largas e insufribles. Es evidente que esta situación que se repite en miles de adolescentes hace mella en sus rendimientos académicos. Así que hoy, vamos a hablar de la importancia del sueño en el rendimiento no sólo académico, sino general.
¿Por qué los adolescentes se acuestan tan tarde?
Tranquilos, sabemos que no tenéis la culpa de iros tarde a la cama. En la adolescencia, nuestros relojes biológicos se reajustan debido a la floración de hormonas que experimenta nuestro cuerpo. Hablando más correctamente: la hormona melatonina (hormona del sueño) se produce más tarde por la noche en los adolescentes en comparación con niños y adultos. Pero que no cunda el pánico, porque hay solución.
¿Qué hago para dormir y ser persona por las mañanas?
En primer lugar, intenta acostumbrarte a una rutina de sueño. Es decir, intenta acostarte y levantarte siempre a la misma hora. Debes de lograr dormir unas 8 horas diarias para rendir adecuadamente.
Los hábitos alimenticios también son importantes. Si bebes bebidas gaseosas por las noches, intenta dejarlas ya que el azúcar dificulta la conciliación del sueño. Es evidente que también debemos evitar consumir bebidas estimulantes.
Si tienes un examen al día siguiente… ¡olvídate de estudiar la noche anterior! Debemos acostarnos con la mente relajada. El no dormir por estudiar o acostarnos tarde, puede ser contraproducente ya que iremos al examen con sueño y nos costará mucho más concentrarnos.
¡Haz deporte! Intenta cansar tu cuerpo para llegar a la cama y tener menos energía.
Si te metes en la cama con tu móvil y te pones a cotillear las redes sociales o a hablar con tus amigos antes de dormir, lo estás haciendo mal. Deja las pantallas una hora antes de irte a la cama.
Ahora viene un tema delicado… ¡Las siestas! Sería ideal evitarlas pero si ves que no puedes, intenta que sean de unos 45 minutos y en las primeras horas de la tarde.
No te lleves las preocupaciones a la cama. Sabemos que a estas edades, hay alguna que otra discusión con los padres, pero de verdad que sólo quieren ayudarte.
Intenta expresar tus emociones y preocupaciones para desahogarte y que por la noche sólo te preocupes de contar ovejitas.
Ya sabes, ¡cumple rigurosamente con tus pautas de descanso para rendir adecuadamente!
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