29 Sep ¿Academia, o clases particulares?
¿Academia, o clases particulares? ¿Cuál de las opciones es mejor para el apoyo escolar? Existen múltiples opciones a la hora de mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Clases de apoyo, academias, e incluso invertir un poco de nuestro tiempo como padres en apoyarles y ayudarles con los deberes.
Sin embargo, como todos los aspectos de la vida, cada una de las opciones tienen su lado positivo, y su lado negativo.
Academias como alternativa al apoyo escolar en los niños
Puede que hablemos de la elección predilecta a la hora de contratar este tipo de servicios. Y la realidad es que, son múltiples los beneficios que aporta esta alternativa.
En primer lugar estaremos creando un clima de desconexión en el estudiante. Es decir, romperá con su rutina doméstica y diaria, creando un hábito al acudir a un lugar diferente donde recibirá los conocimientos.
En segundo lugar, cuando aprendemos en grupo, se producen sinergias que están carentes cuando las lecciones son impartidas de forma individual. Es decir, aunque pensamos que centrar la lección únicamente entre docente y alumno es positivo, puede ser que se genere justamente lo contrario creando ansiedad en el mismo y sintiendo una presión que tenga consecuencias negativas en su rendimiento.
Sin embargo, la clave está en las habilidades y capacidades. Actualmente, es posible recibir formación desde casi cualquier parte y desde cualquier plataforma. Los conocimientos están a un clic de nuestra mano, literalmente. Por tanto, se vuelve primordial desarrollar aspectos como habilidades y capacidades de las personas que les permitan encontrar la forma correcta de acceder, interpretar, y obtener rendimiento del conocimiento.
Cuando esto se produce de manera individualizada, el alumno está siendo vetado de habilidades colectivas y conocimientos de sus compañeros, de destrezas como investigación y la expansión de la información.
Clases particulares para estudiantes
Estamos ante otras de las alternativas que tenemos a la hora de mejorar el rendimiento académico. El factor de éxito que ha propiciado su reputación es «que nos centramos en las carencias del alumno y por tanto, se mejora de forma personalizada sus deficiencias».
Cierto, pero no del todo. Es totalmente correcto que abordar los problemas de una persona permite centrar la atención en ellos y dar una mejor respuesta. Sin embargo, esto también es posible adquirirlo cuando se trata de grupos reducidos, donde se aprovecha este hecho mientras que se permite dar rienda suelta a los elementos comentados previamente en el ámbito de las academias.
Padres ayudando en el apoyo escolar
Y, finalmente, puede que estemos ante la más extendida de las opciones. Pero siento deciros que es la más peligrosa. De esta forma estaremos creando un vínculo entre padres e hijos de responsabilidad que puede ser perjudicial para ambas partes.
El hijo, ocupará además el rol de alumno y el padre el de docente. Esto genera una confusión entre las obligaciones, derechos y responsabilidades de cada uno pudiendo conducir al bloqueo en el progreso.
Además, los conflictos familiares pueden ser trasladados a este panorama y eso nunca va a conducir a resultados positivos.
Por tanto, si tuviéramos que decantarnos lo tendríamos claro…¡a la academia!. Eso sí, ¡con grupos reducidos!
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