26 Feb ¿Sabes decir NO a los niños?
«No juegues con la comida», «no saltes en la cama», «no tengo tiempo para jugar». Es tan importante saber decir no a nuestros hijos, como hacerlo de la manera correcta.
No se pueden satisfacer todas sus peticiones, ni es conveniente hacerlo. Sin embargo, cuando incurrimos reiteradamente en la negación a sus solicitudes, nos enfrentamos a que terminen por no hacernos caso.
Existen diversas formas de hacerle entender que, no se puede cumplir con su deseo en ese momento. Pero no sólo eso, sino formas mucho más efectivas ya, que cuando aparece el NO de manera frecuente, este pierde todo su autoridad al percibir que es algo cotidiano y no llegando a razonar el motivo de ello.
Todo esto culminará en que finalmente, les entre por un oído y les salga por el otro.
Cambia el «no» por alternativas
No es lo mismo «no tengo tiempo para jugar ahora» ,que «¿me acompañas mientras hago la cama y jugamos luego?». De esta manera estamos diciéndoles que no es el momento idóneo para jugar pero que si te permite terminar con tus tareas el podrá disfrutar de su petición.
Posponer la petición pero sin olvidar nunca de cumplirla
Otra alternativa efectiva a pronunciar el adverbio de negación es posponer una tarea si en el momento es imposible realizarla. Si te pide ir al parque a pasar la tarde, y no dispones de tiempo para ello debes proponerle hacerlo durante el fin de semana mejor.
Eso sí… ¡cumple con tu palabra!
Explicar las consecuencias
«¡No saltes en la cama!». A priori, para ti es algo bastante lógico, pero debes ser consciente que en su razonamiento aún es demasiado pronto para comprender las consecuencias de hacerlo.
«Si saltas en la cama, se terminará rompiendo y no podrás volver a dormir en ella». Estamos de este modo, explicando las consecuencias de sus actos, lo que les convierte en niños más responsables y cuidadosos de sus bienes.
Especifica normas previas a su actuación
No es igual corregir, que prevenir. Si el niño sabe de antemano que lo que va hacer, no es de tu agrado o no está bien, sus acciones se verán coartadas a tus reglas.
Recuerda que él aún está descubriendo el mundo, su mundo y que por tanto, aún le queda un largo camino para saber identificar entre lo correcto o incorrecto.
¡Nadie nació sabiendo!
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